Hay cosas que dependen de nosotros, como la opinión, las inclinaciones, el deseo y nuestros actos y estas por naturaleza son libres; y hay otras cosas que no dependen de nosotros, la reputación, las riquezas, los cargos y lo que no son nuestros actos y éstas son impuestas por la voluntad de otros.
Ejercítate en aquello que depende de ti. Ten poder sobre las cosas que otros quieren o no quieren, el poder de tomarlas o dejarlas. Serás libre si no quieres nada que dependa de los demás, de lo contrario serás un esclavo.
¿Quieres dejar de ser un esclavo? Rompe tus cadenas y desecha de ti todo temor y todo despecho.
Cuando te dispongas a realizar cualquier acción, piensa en qué tipo de acción se trata; y mantén tu voluntad en armonía con la Naturaleza; pero no la mantendrás si te sientes irritado por lo que sucede. Debes ser un solo hombre. Debes cultivar tu propia facultad rectora y ejercitar tu destreza en las cosas internas o en las cosas externas.
Los hombres se sienten molestos no por las cosas que suceden, sino por las ideas que tienen acerca de las cosas. Cuando nos sintamos contrariados, molestos o apenados, nunca deberíamos censurar a otros, sino a nosotros mismos, es decir a nuestras ideas. Los otros no te harán daño a no ser que tú así lo decidas; pero serás dañado cuando pienses que se te ha dañado.
No trates de que las cosas que ocurren ocurran como tú quieres; quiere, más bien, que las cosas sean como son y la vida transcurrirá con felicidad. La felicidad no consiste en desear cosas sino en ser libre; y ésta sólo puede ser hallada en el interior. Nadie es libre si no es dueño de sí mismo.
En cada cosa que te acontezca, recuerda volverte hacia ti mismo y preguntarte qué poder tienes frente a ella. En cada acto que vayas a emprender, observa lo que viene primero y lo que viene después y procede a actuar. Y lo que pueda ocurrir, de ti dependerá utilizarlo bien.
¿ Qué maestro esperas todavía para encomendarle a él la corrección de ti mismo ? Si esperas día tras día a ocuparte de ti mismo nunca mejorarás. Ahora mismo; recuerda que es ahora el combate. Debes prescribirte una forma de actuar y unos criterios que deberás observar continuamente. Lo más necesario es la puesta en práctica de las ideas, por ejemplo, no mentir.
Recuerda que debes conducirte en la vida como en un banquete. ¿ Un plato ha llegado hasta ti ? Extiende tu mano sin ambición, tómalo con modestia. ¿ Se aleja ? No lo retengas.
EPICTETO