Objetivos

Todos tenemos una filosofía de vida que poner en práctica para poder configurar nuestra existencia diaria, sin conflictos interiores y con plena satisfacción personal. Una particular y auténtica forma de ver y vivir en el mundo, que en muchas ocasiones se encuentra contrariada por diversos factores determinantes de tipo familiar, social, cultural, ideológico, político, religioso y económico de los que conviene ser consciente. Muchos de estos ingredientes, que intervienen en nuestra, aparentemente, forma de interpretar el mundo, no han sido elegidos por nosotros sino que, por ciertas condiciones y circunstancias, nos han sido impuestos. Sin embargo, estas ideas adquiridas no responden a nuestra legítima manera de pensar y de cómo queremos vivir y obrar según nuestra escala de valores y en el ejercicio de la libertad.
La orientación filosófica insiste en el propósito de esclarecer esta contradicción que, en la mayoría de los casos, es el origen de múltiples conflictos, favoreciendo que el consultante construya un pensamiento propio y una voluntad libre, sin influencias externas que decidan sobre el hecho de ser uno mismo. El filósofo ayuda a analizar las ideas para averiguar si son adquiridas o propias, a describir las creencias y si éstas son acordes con los auténticos pensamientos, desarrollando, así, una capacidad crítica que permita tomar la directriz de la existencia. Porque, Ley es también, decía Platón, obedecer a la voluntad de uno mismo.
En su generalidad, este ejercicio tiene como objetivo aplicar la Filosofía como orientadora de la vida a la disolución de los problemas, consiguiendo que el asesorado tome conciencia de sí mismo y de su propio saber y así poder crecer en lo que en verdad es y quiere hacer en su vida. Toda la dinámica hace que la persona se transforme y logre una existencia más satisfactoria, creativa, positiva, placentera y feliz en armonía consigo mismo y con el mundo y, por qué no, con el Universo. Porque el objetivo último de la Filosofía práctica es aprender a vivir, como decía Epicuro, en la conquista de la libertad y de la felicidad.